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El rapto de Europa

Hugo Martínez Abarca

Synaspismos viene de estar en torno al 4% de apoyo electoral. En muy poco tiempo ha montado una nueva organización más amplia y renovada, Syriza, que ayer obtuvo el 27% de voto y estuvo al 3% de gobernar mostrando a Europa que la izquierda no sólo puede estar en el 10% de voto sino que puede romper el bipartidismo y a partir de ahí intentar conseguir gobernar para cambiar el país, el continente y el mundo. Esto no es retórica: Europa habría cambiado ayer si Syriza gana en la periférica Grecia y por eso se generó el pánico en las élites financieras y políticas de la Unión Europea.

Hoy un vistazo a las portadas del kiosko revela lo que obscenamente se ha mostrado durante los días de pánico en los palacios de la UE: que esta UE no sólo blinda económicamente las políticas neoliberales sino que políticamente es incapaz de digerir que las urnas de un pueblo, por periférico y pequeño que sea, salgan del cauce que para ellos se prevé en los despachos. Europa ha sido capaz de digerir la nueva constitución húngara (que acaba con el pluralismo político, religioso e ideológico), fue capaz de acoger sin dificultad a Berlusconi y está presidida por el anfitrión de la cumbre criminal de las Azores… pero esta semana se la ha pasado generando una propaganda del terror amenazando incluso el mismo domingo con que si no votaban de acuerdo con los deseos de Merkel Alemania impediría que Grecia tuviera dinero para pagar en julio las pensiones.

Europa se ha mostrado como una mafia. Cualquiera que disienta de las políticas antisociales tiene que haber percibido estos días en Grecia que la UE hará todo lo posible por destrozar sus proyectos políticos: es crucial el blindaje del bipartidismo como cauce por el que podemos seguir diciendo que somos democracias mientras cedamos los gobiernos al suicidio social.

No tengo mucho que reprochar a Syriza entre otras cosas porque no soy ningún experto en política griega ni mucho menos. Pero sí creo que cometió un error que cometemos en demasiadas izquierdas. Cuando la euromafia salió en masa a señalar a Syriza como partidaria de sacar a Grecia del euro su urgencia fue la de desmentirlo, asumir que esa amenaza sí que era una amenaza contra el pueblo griego y pasearse por toda Europa anunciando que Syriza nunca sacaría a Grecia del euro.

¿Por qué asumir que bajo ningún concepto se moverá uno del tinglado mafioso de Bruselas? No tengo nada claro que la solución para los países machacados esté en la salida del euro: creo que tanto permanecer como salir nos lleva a inmensos problemas. Lo que sí está clarísimo (y al pánico de la euromafia me remito) es que quien tiene pavor a que salgamos los países periféricos del euro son los países centrales y fundamentalmente Alemania. Islandia pudo hacer lo que hizo porque no estaba bajo el dominio de ningún otro poder (pese a que Holanda y Gran Bretaña lo intentaron para salvar a sus bancos, acreedores de la deuda ilegítima islandesa). ¿Por qué había que declararse por encima de todo parte del euro? ¿No cabía anunciar, por ejemplo, que la permanencia o salida del euro la decidirían los griegos previo debate a fondo de sus consecuencias para Grecia y que si a Merkel le daba pánico que se tomara una tila y se callara? ¿Qué iban a negociar si no los buitres? El cuestionamiento de su tinglado es la única amenaza: y es muchísimo más dura para ellos que para los pueblos que ya estamos sumidos en el caos y la miseria. Es muy difícil pensar, por ejemplo, en el impago de buena parte de la deuda (de la que son acreedores bancos alemanes fundamentalmente) sin cuestionarse la permanencia en el aparato de Bruselas.

Probablemente el único pánico que se ha conseguido generar entre los griegos que han decidido continuar el suicidio social fue el terror al caos, al averno que hay a la salida del euro. Y creo que las izquierdas europeas deben empezar a acabar con ese instrumento de chantaje: ya sabemos con qué amenazarán a los españoles si llega (¿por qué no va a llegar aquí como en Grecia y tan rápido como allí?) el día en que es posible vencer políticamente al 1%. ¿De verdad tenemos que contribuir a ese eurooptimismo según el cual sería terrible para nuestros pueblos salir de un euro diseñado para unas élites financieras que nos desangran? ¿No sería más inteligente plantarse y aclarar de una vez que, como se ha evidenciado esta semana, quienes tienen que tener pánico a nuestra posible salida son esos que nos están machacando?

O cambiamos el miedo de bando o el miedo impedirá todo cambio.

El “Rescate” explicado en 10 puntos

El  sábado 9 a las 16.00 h Europa nos “rescató”. En medio de la Eurocopa,  de Roland Garrós y del Premio de Canadá de Fórmula 1. Un buen momento  para encontrar a todo el país delante de la pantalla y con pocas ganas  de salir a la calle y perderse el estreno de la Roja. Que los bancos  españoles necesitaban ese dinero se sabía hacía meses, pero se ha  esperado al momento oportuno para solicitar un rescate, que encima nos  venden como una gran victoria.

El  domingo 10, presionado por todos los flancos, nuestro presidente se  dignó a comparecer ante los medios -sin preguntas de los periodistas,  fiel a su estilo, que para eso tiene mayoría absoluta- para decirnos que  nos ha salvado de la intervención, que sólo se han pedido 100.000  millones de euros para la banca y que los ciudadanos podemos estar  tranquilos: ahora nuestros ahorros y nuestras casas están más seguros.

¿Cómo se puede mentir tanto a un país? ¿Cómo un Presidente que dentro de su programa electoral  estableció no dar ni un duro más a la banca puede seguir gobernando  después de incumplir esta promesa? ¿Cómo se pueden inyectar 23.000  millones de euros de dinero público a la fallida Bankia, que ya había  recibido 4.000 millones, y que Rodrigo Rato se retire con una  indemnización de 2 millones de euros? ¿No debería estar en la cárcel por  malversación de fondos públicos? Y nuestro Presidente, ¿no debería  dimitir ante la imposibilidad de cumplir sus promesas?

 El Rescate en 10 puntos: que no te vendan la moto!

  1. El dinero procedente del fondo de rescate europeo (FEEF) se inyecta en el FROB (el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), un organismo público dependiente del Estado español que inyecta liquidez a los bancos con problemas.
  2. El dinero procedente de Europa, por tanto, no va directo a los bancos como nos quieren hacer creer, sino a una entidad pública de la que responde el Estado, que actúa de aval. Esto significa que si algún banco de los que recibe dinero a través del FROB no puede después devolverlo, el banco no responde, responde en última instancia el FROB, es decir, el Estado, es decir, nosotros los ciudadanos.
  3. Los 100.000 millones de euros ingresados por el Estado en concepto de préstamo se contabilizan en los presupuestos como una deuda de 100.000 millones, más los intereses que devengue dicho importe. Dichos intereses los paga también el Estado, no los bancos, cuidado, es decir: nosotros los ciudadanos.
  4. Europa exige a España que dé garantías suficientes (como en cualquier otra transacción de crédito) de que puede devolver el préstamo y los intereses. Esto significa que tenga “saneado” su presupuesto y que mantenga el déficit a raya.
  5. Si en el presupuesto acaba de contabilizar una deuda de 100.000 millones de euros, el presupuesto no puede nunca cumplir los objetivos de déficit a menos que se ahorre y se ingrese por otro lado. Traducido a la práctica esto significa: más recortes y subidas de impuestos (que no sé por qué me da que va a ser el IVA de los consumidores, y no el impuesto de las SICAV(esas sociedades de inversión de grandes fortunas que solo cotizan al 1%)).
  6. El Estado español lleva muchos meses financiándose a intereses muy elevados. Esto significa que si antes para obtener un crédito pagaba el 2,4% de intereses, ahora paga el 6%. Esto es así por dos razones:
  7.  Cuanta más incertidumbre se vierta sobre la solvencia de España, más intereses tiene que pagar el país para conseguir financiación, lo cual beneficia a los prestamistas, que en lugar de un 2,4% de intereses se llevan un 6% (y estamos hablando de mucho dinero).
  8. Las cajas españolas, que se han sumado al carro de los excesos políticos y constructivos durante años, obteniendo con ello ingentes beneficios, están arruinadas desde hace tiempo porque forman parte de esa burbuja inmobiliaria que ningún Gobierno ha tenido el valor de pinchar. Eso lo saben los bancos e inversores de fuera, y están temerosos de invertir en ellos.
  9. Ahora se supone que con el préstamo europeo pagamos menos intereses, ¿pero a cambio de qué? ¿De nada? Vayamos al último punto:
  10. Esta dinámica de préstamo+intereses es la misma que ha tenido al continente africano sometido durante décadas, si no siglos. El país está tan endeudado y es esclavo de unos intereses tan altos que todo lo que ingresa va a parar a la devolución de dichos intereses. Para poder hacer frente a estos pagos, el país privatiza y vende toda su riqueza nacional y explota a los trabajadores y habitantes hasta límites inhumanos. África queda lejos, pensamos, pero Grecia no tanto. Y vamos derechitos al mismo resultado. Misma estrategia = mismo resultado.

¿Qué podríamos hacer?

  • Dejar caer a los bancos y a sus accionistas, garantizando los depósitos de los ciudadanos corrientes.
  • Nacionalizar los bancos: sus pérdidas pero también SUS BENEFICIOS. Actualmente, cada vez que el estado nacionaliza algo, sanea sus pérdidas con dinero público y, cuando ese algo empieza a dar beneficios, lo privatiza. Las pérdidas por tanto las pagamos los ciudadanos; los beneficios van a manos privadas.
  • Obligar a los bancos a sacar al mercado todas las viviendas que tienen en stock. Obligarles a declarar dicha devaluación del valor como pérdidas en sus estados contables. De esta forma se conseguiría poner en el mercado cientos de miles de pisos a precios sociales de compra y alquiler, con la consiguiente reducción real del precio de la vivienda.
  • Elecciones anticipadas. Un Gobierno que incumple reiteradamente su programa electoral debería estar obligado a convocar elecciones anticipadas para confirmar que sigue contando con el apoyo de los ciudadanos que le votaron convencidos de que iba a realizar otras políticas.
  • Referéndum popular. Un rescate europeo que nos esclaviza durante generaciones, prolongar la edad de jubilación, rescatar a Bankia con nuestro dinero, abaratar el despido, recortar en sanidad, recortar en educación, subir los transportes públicos… Todo esto afecta vitalmente nuestro a bienestar, por lo que debería someterse a referéndum. Actualmente disponemos de la figura del referéndum popular: ¿por qué no se usa? ¿Por qué no la reclamamos?
  • Denunciar a los responsables financieros y políticos de la crisis. Llevarlos ante los tribunales. Embargarles el patrimonio, el sueldo y la jubilación (lo tengan en Cáceres o en las Islas Caimán) hasta que hayan devuelto todo lo que deben. Hay muchas iniciativas en este sentido a las que te puedes sumar.
  • Mientras todo esto sucede, no podemos estar en casa mirando la final de Roland Garros. Si no cambiamos las cosas nosotros, no las cambiará nadie. En unos años podemos vernos, en lugar de viviendo, sobreviviendo.

 ¡Tomemos las riendas de nuestras vidas!

Hay miles de plataformas y movimientos a los que te puedes sumar para cambiar las cosas, aunque solo tengas una hora de tiempo libre a la semana. Muchas personas pequeñas, en muchos lugares pequeños, introduciendo cambios pequeños pueden cambiar el mundo.

Contra la estafa del rescate europeo,

Plan de Rescate Ciudadano!

Rescate: se consuma el engaño

Juan Torres

Primero los gobiernos les crearon las condiciones para que financiaran una burbuja de crédito sin precedentes y con la que han ganado docenas de miles de millones de euros. Dictaron leyes de suelo para que los promotores les pidieran préstamos que financiaran construcciones en todas las esquinas de España, que irían quedándose vacías y sin vender cada vez en mayor número. Aumentaron las facilidades fiscales para promover las ventas y desincentivaron el alquiler y el consumo colectivo de servicios de ocio o residencia.

Sólo de 2000 a 2007, los bancos multiplicaron el crédito total destinado a la actividad productiva por 3,1, el dirigido a la industria por 1,8, el de la construcción por 3,6 y por 9 el dirigido a la actividad inmobiliaria. Y eso que cada vez disponían de menos depósitos para generarlo: en 2000 la banca española recibía 1,43 euros en depósitos por cada euro que concedía a crédito, mientras que en 2007 solo 0,76 euros.

No contentos con los beneficios que les daba el negocio inmobiliario que condenaba al monocultivo a la economía nacional, impusieron políticas de bajos ingresos y recortes salariales para que las familias y pequeños empresarios vivieran en el filo de la navaja y tuvieran que endeudarse hasta las cejas.

Pero no contentos con obtener beneficios normales, los bancos utilizaron a sus tasadores para aumentar artificialmente los activos sobre los cuales iban a dar créditos, para así generar más deuda y cobrar comisiones más suculentas y recurrieron a todo tipo de prácticas comerciales predatorias para fomentar el consumo: manejaban a su antojo los índices de referencia, incluían la abusiva cláusula que autoriza al banco a vender el piso en subasta notarial si se produce el impago de la deuda, reclamaban importes elevadísimos por cuentas que creían canceladas, cobraban comisiones leoninas (más que en cualquier otro lugar de Europa) por cualquier cosa, giraban una y otra vez un recibo inatendido por el cliente generando múltiples gastos de reclamación por una misma deuda, embargaban saldos en cuentas corrientes sin respetar lo establecido en la ley... hasta cuatro folios me ocupa el listado de malas prácticas que han recopilado las asociaciones de usuarios, es imposible consignarlas todas aquí. Y eso, por no hablar de las estafas estrella, que han podido suponer un auténtico robo de entre 12.000 y 15.000 millones de euros, si no más, mediante las participaciones preferentes, las cláusulas suelo, etc.

Mientras sucedía todo esto, las autoridades dejaron hacer, consintieron las tropelías bancarias y permitieron que se inflase la burbuja sin cesar, haciendo oídos sordos a todas las advertencias.

El actual Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, decía en 2003: "no existe una 'burbuja inmobiliaria' (...) el concepto de burbuja inmobiliaria es una especulación de la oposición que habla insensatamente de la economía de ladrillo y olvida que la construcción es un sector fundamental para la economía del país y en el que trabajan cerca de un millón de personas" (El Mundo 2  de octubre de 2003). Y el más tarde Ministro de Economía, Pedro Solbes, afirmaría que quienes auguraban el riesgo de recesión por esa causa "no saben nada de economía" (El País, 11 de febrero de 2008).

Los dirigentes de uno y otro partido negaban lo que hiciera falta, por muy evidente que fuese para el resto de los españoles, con tal de dejar que los banqueros y los grandes empresarios de la construcción literalmente se forraran a costa de todos los españoles.

El gobernador del Banco de España que había colocado el PP, Caruana, se pasaba por el arco del triunfo la denuncia de sus inspectores que en 2006 le señalaban formalmente que no se hacía nada frente a un endeudamiento creciente y muy peligroso de la banca española. Pero eso sí, no había declaración suya o más tarde de su sucesor, el socialista Férnandez, en la que no reclamasen moderación salarial y recortes de gasto social.

Pero gracias a todo ello, los bancos españoles se convirtieron en los más rentables del universo, justo, eso sí, en la misma medida en que situaban a nuestra economía entre las más vulnerables.

Cuando estalló la burbuja y ya no se iba a poder disimular lo que había pasado, el inmenso negocio que los bancos habían hecho a costa de la deuda, todos consintieron en disimular.

Permitieron que los bancos declarasen en balance los activos dañados a precios de adquisición siendo cómplices así de un engaño descomunal que hirió de muerte la credibilidad de nuestra economía porque, por mucho que Zapatero dijese en septiembre de 2008 -como le dictaban Botín y compañía- que el sistema financiero español era "el más sólido del mundo", los inversores y prestamistas internacionales sabían lo que de verdad había hecho la banca española.

Los dos grandes partidos, a los que se suman los de los nacionalistas de derechas de Cataluña y el País Vasco, colocaron en las cajas de ahorros a sus amigos y militantes y crearon una red de oligarquías provinciales que alentó la especulación, extendió la corrupción y que comenzó a llevar al desastre a la gran  mayoría de las entidades, al convertirlas en clones de los bancos privados, sin tener capacidad real ni naturaleza legal para serlo.

Y para facilitar la recuperación de los bancos mas grandes y dejarles a ellos todo el mercado consensuaron la ley de cajas que las llevaba a su bancarización forzada, para provocar cuanto antes su caída y el reforzamiento por esa vía de los bancos más grandes.

Claro que, a cambio, esos mismos partidos han recibido cientos de millones de préstamos para ir ganando las elecciones, ahora uno luego otro, que no devuelven, y han podido colocar en sus consejos de administración, o en los de empresas participadas, a docenas de ex dirigentes o socios.

Luego, cuando el sistema saltaba por los aires porque a los alemanes les consumía el ansia de cobrar los préstamos que con la misma compulsión habían dado a los bancos españoles, todos se concitaron para negar que iban a pedir un rescate. Diez días hace que lo negaba rotundo el presidente Rajoy: "no va a haber ningún rescate de la banca española" (EFE 28 de mayo).

Y cuando lo han pedido, niegan lo que efectivamente han pedido: 100.000 millones de euros para entregar a la banca y que vamos a pagar todos los españoles. Niegan que vaya a tener efecto sobre el déficit y la prima de riesgo, cuando será el Estado quien tenga que devolverlo (¿cómo lo harían unas entidades que se capitalizan precisamente porque no tienen dinero?) y tratan de hacer creer que es algo positivo y una ayuda generosa: "Las noticias que traemos hoy son positivas", dijo el Ministro de Guindos cuando empezaba la rueda de prensa que dio ayer para anunciar el rescate.

Nos han engañado a todos cuando dicen que van a rescatar a España cuando lo que van a hacer es hundirla para años. Nos han engañado los bancos, nos han engañado los gobiernos del PSOE y del PP. Nos han engañado los dirigentes europeos que están borrachos de ideología neoliberal y no se dan cuenta de que las medidas que toman llevan al desastre a los países que las aplican (¿o acaso es que está mejor la economía de Portugal, por no hablar de los ciudadanos portugueses, desde que fue "rescatada"?).

Nos ha engañado el Fondo Monetario que se ha sacado de la manga un informe deprisa y corriendo solo para justificar la decisión ya tomada y en el que cifra las necesidades de financiación de la banca española en una horquilla que sitúa, nada más y nada menos, que entre 45.000 millones y 119.000 millones de euro. ¿En qué quedamos?

Y nos engañarán esta tarde el presidente Rajoy y el Príncipe Felipe si es que definitivamente se han ido a ver el partido de fútbol cuando griten ¡España, España!, porque lo que están demostrando es lo contrario: España, los españoles de abajo, les importamos un pepino. Ellos y el resto de los políticos que han permitido lo que acabo de señalar, junto a los banqueros y los grandes beneficiarios de la burbuja y de la crisis, que tendrían que vivir 500 años más para disfrutar de todo lo que han ganado a costa de los españoles, son los responsables de este engaño descomunal. Hay que pedirles cuentas a todos y echarlos para siempre.
Juan Torres López, Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla

O ellos, o nosotros

Antonio Maira

Creo que casi todos somos conscientes de que la oligarquía financiera, industrial y política nos ha quebrado el país, dejando atrás cinco millones y medio de parados en crecimiento vertiginoso.

Ahora estamos ante el acto final, de naturaleza criminal, de una crisis que nos conduce a la mayor tragedia social que podíamos imaginar. El Gobierno, en compadreo descarado con la oposición, está apretando a nuestra empobrecida base social para bombear renta a los sectores de la oligarquía que se han enriquecido hasta límites inimaginables.

Se está inventando un modelo nuevo de "intervención a la española" y de "rescate a la española" en un último esfuerzo para absorber los ahorros, los derechos laborales y las prestaciones sociales de decenas de millones de personas.

Les queda poco más de un mes para "quebrar definitivamente" la Seguridad Social, el sistema público de Salud, el sistema público de Educación, y todas las empresas públicas en los ámbitos estatal, autonómico y local.

Cientos de miles de trabajadores y trabajadoras del sector público se irán a la calle, y nuestros servicios públicos se privatizarán a precio de bancarrota y para mayor lucro de esa oligarquía capitalista que sigue la "ley de hierro de ese sistema social": apropiarse de toda la plusvalía individual y social de los trabajadores.

Toda la riqueza nacional será bombeada hacia arriba, hacia las oligarquías económicas que gobiernan, país a país, pueblo a pueblo, Europa entera.

Nuevas guerras de naturaleza colonial y expropiatoria, genocida y de saqueo, de brutalidad ilimitada y violadoras de los derechos humanos elementales, serán lanzadas para que el imperio y sus secuaces absorban todas las materias primas minerales, energéticas o de la biodiversidad que hay en el mundo, en especial en los países colonizados y empobrecidos.

Tales guerras serán proclamadas como "guerras humanitarias" por Falsimedia, es decir, por todo el sistema de monopolización de la información que se realiza en "occidente" a través de los "medios de comunicación" privados o públicos, en poder de esa misma oligarquía.

La propaganda de guerra y el miedo será utilizado de manera masiva para inmovilizar a toda la población trabajadora, especialmente a los jóvenes.

Se trata, sobre todo, de romper todo lazo de solidaridad, toda identificación de naturaleza comunitaria, laboral, o colectiva, todas las raíces humanas que puedan vincularnos los unos a los otros. El patriotismo de los canallas y los ladrones va a actuar a tope durante el próximo verano.

Todo el aparato de propaganda de Falsimedia potenciará hasta el frenesí el patrioterismo del futbol y del folclore más rancio, para que en estos próximos cuarenta días nos dejemos saquear hasta el último euro.

La mentira -como principal instrumento de los políticos profesionales- nos está vendiendo al Dios Mercado. Está sonando de nuevo el penúltimo grito de ¡Que viene el lobo!. Rajoy nos quiere hacer tragar el sapo de que va a "rescatar" Bankia y su matriz BFA -y todo el sistema financiero, detrás-; inyectando en los activos deuda pública, que no es más que papel sin valor alguno.

Otra terrible vuelta de tuerca en el "garrote vil" que ahoga a los trabajadores y trabajadoras de este país.

Se está desarrollando ante una ciudadanía asombrada y todavía perpleja por tanto descaro, una campaña de defensa institucional a ultranza. El objetivo es salvaguardar a cualquier precio, a cualquier coste social, unas instituciones degradadas por una corrupción e irresponsabilidad rampantes que se extiende a todos los poderes del Estado empezando por la Monarquía.

La defensa de la Constitución "otorgada" de 1978 -ahora envuelta en el papel higiénico de la corrupción-, se hace en nombre de una soberanía totalmente inexistente. La soberanía que la propia oligarquía, franquista y posfranquista ha entregado al BCE, la UE, el FMI y la OTAN.

En los últimos meses se están generalizando mecanismos de "expropiacion", vía multas, tasas de todo tipo, e impuestos locales, que están descargando las "deudas soberanas" sobre las espaldas de los ciudadanos. Paralelamente se están poniendo en marcha, aceleradamente, mecanismos de control y represión policial sobre los ciudadanos, que pretenden ahogar el enorme movimiento de indignación y de protesta que recorre el país depunta a punta.

En un país en el que el robo de la riqueza es la norma superior de la oligarquía que gobierna, el ejercicio de los derechos ciudadanos y el estallido de la protesta social tiene que ser deslegitimado, criminalizado y penalizado.

Nuestros jóvenes están siendo detenidos, fichados, amedrentados, golpeados, y castigados con multas impagables.

Las nuevas reformas del Código Penal están ultimando el aumento exponencial de las penas de cárcel para aquellas personas que hayan cometido previamente algún delito. Al mismo tiempo se están convirtiendo en delitos o faltas graves manifestaciones y actuaciones ciudadanas absolutamente legítimas que representan el ejercicio de los derechos laborales, sociales y políticos fundamentales.

Policías locales de paisano y guardias de seguridad privados campean por las ciudades porra en mano y pistola en el bolsillo.

Viejas leyes represivas, interpretadas por jueces corruptos, y agitadas como "normas legales de obligado cumplimiento" por organizaciones parafascistas que han nacido y crecido bajo el amparo y las subvenciones públicas, sirven para perseguir y aterrorizar manifestaciones de libertad personal y de ejercicio de libertades públicas no sólo absolutamente legítimas, sino también necesarias en la defensa de los derechos de todos.

Ha llegado la hora de decir ¡basta!

Ha llegado la hora de decir: ¡O ellos o nosotros!

"España tiene que seguir el ejemplo argentino y negarse a pagar la deuda"

“En situaciones de alarma social, como hoy en día en España, se puede declarar que una deuda es ilegítima y no pagarla”. Así de contundente se expresa François Chesnais, veterano economista francés profesor de la Universidad de Paris 13, que ha venido a Madrid a presentar su último libro, Las deudas ilegítimas (Clave Intelectual), un manual económico que busca explicar de dónde vienen las deudas europeas, por qué una parte de ellas se podrían considerar ilegítimas y qué mecanismos se pueden usar para no tener que afrontar el pago.  

El primer paso, según Chesnais, es declarar una “moratoria obligatoria para examinar el contenido de la deuda y la identidad de los acreedores”. En su opinión, es inconcebible que se hayan hecho tres o cuatro auditorías a los bancos y ninguna a la deuda, algo que debería ser una gran “demanda popular”. Después de esto habría que analizar detenidamente de dónde surge cada deuda y ver cuáles de ellas no responden al bien común, objeto último por el que el estado contrae una obligación. En opinión del economista, si la deuda no responde al interés de los ciudadanos es ilegítima, y se debe renunciar a su pago. 

Para Chesnais la situación española “es un desastre” y tiene claro por qué hemos llegado a este punto: “No sé quién es realmente responsable de este proceso, pero sí sé que el sector inmobiliario se convirtió en el motor de un país que hace 30 años tenía una base industrial importante en Cataluña, el País Vasco y Madrid, que se ha liquidado casi por completo”.

Pese a que los análisis de Chesnais son fundamentalmente económicos ­–su libro es un duro tratado sobre la deuda, difícil para un lector no especializado– su crítica es en esencia política. Para el economista francés el trabajo de análisis detenido de la legitimidad de la deuda tiene que hacerse país por país, pero está estrechamente vinculado a dimensiones políticas relacionadas con el contenido mismo de la palabra democracia: “¿Qué es una democracia en la que los políticos explican sus políticas de forma engañosa y donde los grandes medios son controlados por intereses financieros? Todo esto crea unas condiciones de culpabilización. Una situación donde no se ponen en relación cosas que están totalmente relacionadas. Hay una relación directa entre las condiciones de salud de los niños y la deuda y la situación de los bancos”.

Mirando a Europa y América Latina

Para Chesnais, la salida de la crisis sólo llegará mediante el “trabajo político” y deja claro que este no se puede dejar en manos de los mercados, que “sólo piensan en sus propios intereses, los de la burguesía financiera, que está cometiendo unas agresiones bestiales y de forma consciente”. Chesnais reconoce que España depende de lo que pase en Europa, pero es muy crítico con la gestión del Gobierno: “Lo que llama la atención realmente cuando uno llega a España es el increíble grado de dependencia de este Gobierno hacia el alemán. Ayer todos los periódicos llevaban en portada la misma foto de Rajoy con Merkel, como un hijito con su madre. No pueden no depender de Europa, pero podrían aprovechar otras oportunidades acercándose a otras países”.

Al margen de nuestra dependencia lógica a lo que pase en Europa, el economista cree que la solución a nuestros problemas a largo plazo pasa por buscar nuevas medidas en las que colaboren pensadores críticos de todas las naciones. En concreto Chesnais insiste en su libro en los ejemplos que se pueden encontrar en Latinoamérica, la única región del mundo con experiencia real a la hora de declarar deudas ilegítimas. En su opinión, debemos dejar de “ver a América Latina como unos locos, para verles como unas sociedades en torno a las cuales se han dado procesos de resistencia social y se han propuesto formas distintas de encarar algunas gestiones”.

Chesnais recuerda el ejemplo de Argentina y Ecuador, dos países que han dejado de reconocer parte de sus deudas y se han negado a pagarlas. Aunque insiste en la necesidad de que cada país encuentre soluciones adecuadas para su caso, cree que se puede aprender de estas experiencias. En la conversación aparece sin remedio el polémico caso de la nacionalización de Repsol. El economista francés no se corta: “Si se nacionaliza YPF significa que se puede renacionalizar la banca o Telefónica. Sería bueno para España”.

¿Se puede ser marxista hoy en día?

Chesnais, además de ser un destacado economista, es un importante activista político, consultor de la Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Ayuda a los Ciudadanos (ATTAC) ­–una importante organización que tomó mucha fuerza en el movimiento antiglobalización y actualmente en nuestro país ha estado muy vinculada con el 15-M– y reconocido pensador marxista.

La pregunta es inevitable, ¿de verdad se puede seguir siendo marxista hoy en día? El economista es claro al respecto: “El marxismo como punto de apoyo para un pensamiento de resistencia a esta barbarie sigue totalmente vigente”. En su opinión sigue siendo imprescindible, pero debe ser revisado en profundidad. “Paradójicamente”, explica, “uno de los lugares donde el pensamiento marxista está más vivo es en EE.UU”. La clave, insiste, es pensar la organización económica de una forma totalmente distinta, pero desde la democracia: “No se puede repetir la economía planficada, ni la colectivización, pero se puede defender una organización democrática de la producción y la vida social”. 

El PP griego recurre al discurso del terror para que los banqueros puedan seguir saqueando al país tras el 17-J

El líder del partido conservador griego Nueva Democracia, Andonis Samarás, en un intento desesperado por revertir su presumible derrota en las elecciones del 17 de junio, recurre al típico discurso del terror de la extrema derecha populista (xenófobo, anticomunista y ultraliberal).

Agencias/Kaosenlared

Como si los griegos no estuviesen lo suficientemente aterrorizados ya con la situación por la que atraviesa el país, el líder de Nueva Democracia, el PP griego, sube el tono de su discurso político para tratar de atraer hacia sí el voto de los nazis y otras formaciones de la extrema derecha griega, así como de todos aquellos que se puedan sentir amenazados por la llegada del "terror rojo".

En un discurso propio de los políticos de la ultraderecha latinoamericana en su afán por frenar los avances revolucionarios que se están dando en muchos países de aquella región del Planeta, Samarás ha mezclado este sábado el típico discurso anticomunista, con la xenofobia y la defensa a ultranza de las supuestas ventajas que el recetario tradicional del capitalismo liberal tiene para el crecimiento de la economía. Como si los griegos no estuviesen sintiendo ya en sus propias carnes el "éxito" de tales recetas. 

Como siempre que la oligarquía ve peligrar sus privilegios, el discurso fascista se hace presente, tratando de sembrar el terror entre los votantes, para que así, una vez atemorizados, decidan dar su apoyo a los que se presentan a sí mismo como guardianes del orden y la ley, y únicos con capacidad para salvar a la patria del "desastre rojo". Lo hemos visto tantas veces ya, en tantos lugares diferentes del mundo, que el discurso de hoy de Samarás nos suena hasta reconfortante: realmente en Grecia parece haber una posibilidad real de cambio, en tanto que la derecha está tan desesperada que necesita recurrir a todos estos típicos discursos facistoides y populistas con los que tratar de frenar el apoyo del pueblo a las opciones progresistas y anticapitalistas. 

En una conferencia nacional de Nueva Democracia, Samarás adoptó una postura radical contra la izquierda, sin precedentes desde la caída de la dictadura militar en 1974, y acusó a la Coalición de Izquierda Radical (Syriza) de hundir el país en el caos y el terror por querer hacer salir con su política a Grecia de la zona euro. "Hundir al país en el caos y el terror", dice, como si el país no estuviese ya lo suficientemente hundido en el caos y el terror a consecuencia de las políticas capitalistas impulsadas tanto por su partido (cuyo gobierno está en el origen de la actual crisis griega), como por el PASOK (cuyo gobierno no fue más que la continuidad del anterior). Desde luego, a sinvergüenza y cara dura es complicado ganarle.

También culpó a Syriza de carecer de un programa político y de ser una coalición de agrupaciones extremistas con un programa propio cada una de ellas. "Es una mentira que Syriza y las formaciones que lo componen representen la renovación del país. Están representando la mentalidad que llevó el país al borde del abismo", dijo Samarás. Por si no había quedado clara su falta absoluta de vergüenza, esto lo dice quien lidera un partido que, estando en el gobierno, incluso engañó a la UE falseando sus cuentas públicas, y por cuya labor al frente del ejecutivo los griegos entraron en la peor crisis económica de toda su historia, de la que, de momento, no solo no han podido salir, sino que han ido cada vez a peor. ¿Y habla de que SYRYZA representa la mentalidad que llevó al país al abismo? En todo caso, de serlo, y estará por ver, lo será porque SYRYZA, si gana las elecciones y puede gobernar, no se decida a romper con las políticas liberales impuestas desde Bruselas y Berlín, justo las mismas a la que este señor rinde pleitesía, y cuyo programa político viene impuesto desde el BCE, el FMI y la CE.

"Syriza protege a los encapuchados que provocan vandalismo en el centro de Atenas, promete ofrecer asilo a millones de inmigrantes ilegales, y quiere desarmar a la Policía y desintegrar el ejército del país", añadió. Uhhh que viene los rojos, y lo van a quemar todo. Que viene los rojosssssss y nos van a llenar el país de negros y de moros. Que nos van a quitar a la gloriosa policía y al sacrosanto ejército. ¿Les suena de algo este discurso? Pues eso. 

Además, acusó al Partido Comunista de ser corresponsable en la fuga de capital al extranjero e impedir las inversiones privadas en Grecia. "Incluso China y Vietnam están privatizando su economía. Solo Syriza y los comunistas no quieren privatizar la economía griega", subrayó. Eso sí, hizo un llamamiento a la creación de un "Frente patriótico" para evitar la salida de Grecia del euro. Y es que, ya se sabe, no hay nada más patriótico que privatizar todo lo privatizable del estado, y regalarlo a unos cuantos banqueros, empresarios y demás tiburones capitalistas, la mayor parte de ellos que ni tan siquiera son del país -aunque da exactamente igual si lo son o no-, mientras el pueblo griego vive en la miseria, los suicidos se han elevado a sus niveles más altos de la historia, miles de niños deben recoger comida en los basureros para tener algo que llevarse a la boca, muchas madres se ven obligadas a abandonar a sus hijos en plena calle por no poder hacerse cargo de ellos, los índices de desempleo superan el 20%, los salarios bajan al niveles tercermundistas, etc., etc. Patriotismo capitalista en estado puro, vaya.

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Crecimiento para crear empleo. La gran falacia

Crecimiento para crear empleo. La gran falacia
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El faro crítico

Todos los días lo escuchamos. “Crecer para crear empleo” es una afirmación que suena a rezo y es repetido como un mantra por casi la totalidad de los sindicatos, un amplio espectro de la izquierda y la derecha europea en pleno.

Coinciden en su fe y depositan sus esperanzas en un método de salida a la actual crisis que no es más que la versión neoliberal del milagro del pan y los peces donde al final, a la depresión actual le sucederá necesariamente un periodo de recuperación en el que asistiremos a la alegre vuelta de las economías nacionales a la senda salvadora del crecimiento y como consecuencia directa, a la creación automática y masiva de puestos de trabajo.

Esta argumentación muestra una lógica aplastante en las distancias cortas, pero en estos momentos es una farsa. Es necesario realizar un análisis más en profundidad y con algo de perspectiva para dar cuenta de su imposibilidad en el contexto histórico actual. Su alta carga ideológica pasa desapercibida, pero es el eslogan de una lógica económica muy concreta, que está instrumentalizando los tiempos de crisis para acelerar en el cumplimiento del guión neoliberal hacia un totalitarismo económico global. Mientras tanto, el miope debate político entre conservadores y socialdemócratas se centra exclusivamente en qué tipo de medidas son las adecuadas para reproducir, lo antes posible, las condiciones objetivas para que el milagro se produzca.

Lejos de responder a cualquier estímulo, la realidad económica y social se dibuja como un callejón sin salida. El cerco a la actual crisis, que no tiene un carácter cíclico y que podríamos categorizar como sistémica y civilizatoria, está anclado en cuatro puntos para los que el Capitalismo no tiene respuestas aceptables desde presupuestos de equidad, cohesión y paz social; tampoco para la propia viabilidad del sistema. Deuda, Técnica, Explotación y Finitud aparecen como puntos tensionales al propio Capitalismo derivados de su hipertrofia y despliegue sin límite. Las implicaciones que tienen estos términos en la asfixiante situación actual son determinantes.

Lo más difícil, lo menos explicado y a la vez, lo más importante que tenemos que entender para saber en qué punto nos encontramos es que el aparentemente sólido esplendor económico de las últimas décadas estuvo sustentado absolutamente en la Deuda.

Parece que “Deuda y Crecimiento” son dos conceptos contradictorios pero si reemplazamos Deuda por Crédito y reformulamos como “Crédito y Crecimiento”, empezamos a entenderlo todo.

Deuda y Crédito son las dos caras de la misma moneda. La concesión de créditos masivos y a todos los niveles ha sido la forma de sustentar la ficción de la espectacular expansión de las economías desarrolladas. Era una ficción en la medida que la aceleración de la actividad económica tenía casi únicamente que ver con la capacidad financiera para trasladar a través del crédito la expectativa de riqueza futura al presente.

El formidable desarrollo del tejido productivo no tuvo relación con el aumento objetivo de las necesidades de la población, sino con una presencia exagerada de liquidez que provenía del crédito y que necesitaba cristalizarse en todo tipo de bienes como otra forma especulativa más de la economía financiera para crear depósitos de valor. Nuestras sociedades de consumo se dedicaron a dilapidar en un muy corto periodo de tiempo la riqueza que correspondía al futuro y lo arrasamos.

Esta es la razón por la cual vivimos el momento presente como ausencia de porvenir. En este sentido, el crack financiero de 2008 podríamos considerarlo como el fin del mundo conocido para las opulentas sociedades occidentales. Fue el año donde la circulación financiera quedó estrangulada y despertamos sobresaltados del sueño de amplia prosperidad en el que estábamos sumidos. Este crack fue un punto de inflexión donde la actividad de los actores financieros internacionales pasó casi instantáneamente de la concentración de sus energías en el despliegue ilimitado del crédito a orientar todos los esfuerzos en el repliegue y el retorno de la deuda. La economía global se mostró en si misma como una formidable estafa piramidal con forma de burbuja y reventó.

Esta contextualización histórica es imprescindible para entender que en la afirmación “Crecer para crear Empleo” se obvia el formidable peso que tiene actualmente la economía financiera. Aunque aparentemente aparezca como una secuencia lógica, simple y cerrada, está ausente un elemento esencial y su enunciado está incompleto. Este componente ausente del que ya hemos hablado se llama Crédito o lo que es lo mismo, “Deuda para Crecer y crear Empleo”.

Asistimos horrorizados a la conclusión; la propuesta para salir de la crisis se plantea en los mismos términos que nos despeñaron en ella. En un momento donde la deuda asumida por algunas economías nacionales aparece como impagable, lo que se pide es restaurar los niveles de crédito anteriores a la crisis. Para ello, el sector financiero en su conjunto tendría que suicidarse.

Los gobiernos han apostado por salvar momentáneamente los muebles iniciando una huida hacia adelante que ha convertido al Estado en el principal avalista de los excesos financieros al abrir un cauce ingente y continuo de flujo desde las rentas del trabajo a las rentas de capital a través de los rescates bancarios y la emisión de deuda soberana.

La cobardía política o la ignorancia de nuestros representantes es máxima. No trasladan con toda su tragicidad lo que es un secreto a voces; que una “Economía real”, enunciada como aquel ámbito social donde se administran los recursos que son escasos, con objeto de producir bienes y servicios, y distribuirlos para su consumo entre los miembros de una sociedad, no sería suficiente como para sostener la forma de vida y el gigantesco castillo de naipes en que se ha convertido la civilización occidental, apoyada absolutamente en el exceso proporcionado por la ficción de la “Economía financiera”. El problema se muestra como no resoluble y es la consecuencia llevada al extremo del fenómeno de Financiarización de la economía, como proceso de dominación a escala internacional del mercado de flujos financieros sobre el mercado de intercambios de productos reales.

Una vez desvelado que la Deuda es la base que se propone para poner en funcionamiento la recuperación económica, la siguiente problemática a analizar se encuentra en la relación aparentemente directa de causa-efecto entre Crecimiento y Empleo. Esta relación está cada vez más mediada por la Técnica.

El alto nivel tecnológico alcanzado exilia masivamente al factor humano del trabajo. Como sociedad somos capaces de producir mucho con un empleo de mano de obra muy limitado. La tecnología, al reemplazar el papel del obrero tanto cualificado como de un nivel inferior, produce un efecto que tiene que ver con la cantidad y la cualidad del factor trabajo requerido. Conocimientos muy complejos han sido sistematizados en las máquinas que son utilizadas en muchos sectores productivos y ya no son necesarias, en el centro de trabajo, personas expertas ni un elevado número de trabajadores. La mano de obra empleada además de reducirse en número es más fácilmente reemplazable. Como consecuencia, la tasa de crecimiento necesaria para absorber grandes cantidades de desempleados, aumenta y el trabajo se precariza.

Es muy posible que cuando en el futuro la economía haya tocado fondo, podamos ir a tímidos repuntes de crecimiento donde no haya creación de empleo e incluso se sigan destruyendo puestos de trabajo. El exceso de riqueza derivado de la aplicación del progreso tecnológico a los procesos de producción se convierte en mayor acumulación para el Capital. Vivimos en la peor pesadilla de aquellos que confiaron en la Técnica como la clave para la emancipación del trabajo y la consecución de un reparto equitativo de la riqueza.

El aumento de la Explotación laboral también distorsiona la relación entre Crecimiento y Empleo. Es legitimada por la delicada situación actual, se invoca a través de la cultura del esfuerzo y se vive por el trabajador con la resignación que proporciona el miedo a la perdida del puesto de trabajo.

El emprendedor ha pasado de encarnar la figura del oportunista con posibles a desempeñar el papel de salvador. La capacidad de presión del empresario sobre los trabajadores ante el desolador escenario del paro, los cambios legislativos en contra de los derechos laborales y la amenaza de la deslocalización en el mercado único mundial, no deja resquicios de esperanza para un horizonte más razonable.

La precarización del trabajador asalariado es la consecuencia lógica de un escenario terrorífico donde más allá de los muros del centro de trabajo está aguardando la miseria y desde arriba se le exige arrimar el hombro. Asistimos a la polarización entre la sobreexplotación para los obreros activos y la indigencia social y material para los que caen en la inactividad dentro de un sistema que sobreproduce. En todo caso, la sobreexplotación laboral y la precariedad conducen a más paro e incide a la baja en el nivel de consumo. La incapacidad del sistema Capitalista para racionalizar su desmesura acaba convirtiéndose en su propia ruina.

Para acabar de desmontar la falacia, la Finitud nos recuerda que el crecimiento en si mismo es irrealizable sostenidamente ya que por pura contradicción lógica, no se puede dar el aumento continuo e indefinido en el tiempo, de la producción y consumo de bienes y servicios. El sistema Capitalista tiene que olvidar constantemente que es imposible crecer ilimitadamente en base a recursos que no lo son para poder afirmar su ideal de crecimiento ilimitado.  

A cada periodo de crecimiento le acompaña un escenario de sobreproducción que es la antesala de cada crisis. La imposibilidad del planeta de regenerar los recursos y asumir los residuos a la misma velocidad que son consumidos y desechados por la bestial maquinaria de expolio y explotación que acompaña a la depredación Capitalista, nos acerca cada día un poco más al abismo del colapso ecológico. El Capitalismo no conoce la palabra suficiente y tiene que ningunear las verdades del ecologismo respecto a la finitud de los recursos para poder seguir obviando los límites naturales no sobrepasables de los que dependen nuestras sociedades y la vida en el planeta.

Es muy probable que esta crisis no tenga solución sin cambiar radicalmente de modelo económico y civilizatorio, pero por ahora, las reformas aplicadas van en la dirección contraria. En Europa, la búsqueda desesperada del crecimiento económico está siendo utilizada como excusa para inducir “Estados de Excepción” en sus democracias representativas a través de tecnócratas introducidos en el poder que representan los intereses de las plutocracias económicas. Se defiende este escandaloso cambio en la forma de hecho del Estado como una consecuencia necesaria y derivada de la aparente gravedad de la situación actual que es calificada como emergencia nacional. Las reformas legislativas promovidas por vía de urgencia a base de Decretos y destinadas principalmente a eliminar las estructuras materiales del bienestar, son acompañadas por el reforzamiento de medidas de tipo coercitivo que limitan sensiblemente las libertades individuales y colectivas con el objetivo de doblegar cualquier resistencia y crear un clima proclive a la resignación. Es fácil detectar qué intereses están orquestando las reformas. Basta con observar que las medidas de recorte, aunque se traslade a la opinión pública que buscan el interés general y que están destinadas únicamente a conseguir las condiciones necesarias para se restablezcan los niveles anteriores de ocupación y empleo, siguen sin recaer en los actores responsables de la crisis.

Negando la evidencia, la inmensa mayoría de la población se ha tragado la impostura, ya que la precarización o la inminente amenaza de pobreza predispone al optimismo incondicional ante cualquier consigna luminosa que les permita creer y renovar sus esperanzas de solución individual. Están atrapados en la visión reducida de la realidad que proyectan las reglas del juego Capitalista y que es confirmada repetidamente hasta la extenuación, por las aseveraciones de los más prestigiosos políticos y gurús económicos con las que nos bombardean desde todos los medios de comunicación.

La estafa global que representa la actual coyuntura se sigue nutriendo de la pasividad e ignorancia política que nos llevó hasta ella. Es momento de desvelar que esta crisis la están gestionando los mismos intereses minoritarios que la provocaron y que por lo tanto, no va a tener una solución aceptable para la inmensa mayoría. Mientras más se evidencia la magnitud de la estafa, más se difumina la posibilidad de solución convencional. Es urgente encajar que los tiempos de ficticio esplendor no van a volver y que mientras antes tiremos del freno de mano, más probabilidades tendremos de evitar el choque frontal contra el sólido muro que espera al final de la última curva a este tren, en su huida hacia delante para intentar escapar aceleradamente de su propia sombra.

La orgía consumista se va apagando poco a poco y por zonas en el mundo Capitalista, por su imposibilidad en si misma de permanecer en el tiempo. Ni los planes de estímulo de los gobiernos trabajando en la línea de expansión del gasto público, ni los planes de austeridad trabajando en el plano contrario de reducción del déficit consiguen reanimar al enfermo infartado y evidencian inequívocamente que un paradigma social y económico agoniza en su gigantismo.

La gestión del auto-desmontaje de toda una civilización construida sobre el exceso y la explotación, es la herencia para las generaciones que tendrán que lidiar en el inicio del tránsito siempre traumático hacia otra forma de ser y estar en el mundo. Las resistencias a los cambios van a ser formidables y los grandes beneficiados del actual statu quo ya se han enrocado en sus posiciones e intentan amarrar por todos los medios posibles las líneas de fuga, pero previsiblemente las contradicciones internas enunciadas y que se están desarrollando paralelas a este inmovilismo, reventarán como un tsunami cualquier muro de contención.

La fractura ya ha sido registrada y anuncia un nuevo comienzo.

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El nuevo mercado de trabajo

La clase obrera de los taxis barceloneses

Salvador López Arnal

La ciudad de los prodigios, la millor botija del món, no para de darnos sorpresas. Una de las últimas tras el asedio de los primeros días de mayo con 8 mil activistas -entre Mossos, policía nacional y guardia civil- del desorden de los privilegiados.

Me acostumbro a mover a pie, corriendo incluso, o en transporte público asequible, metro fundamentalmente. El jueves pasado, 10 de mayo, acompañé a mi hijo al médico y nos levantamos justos. Cogimos un taxi hasta el dispensario, no queríamos llegar tarde. Es una carrera corta y no muy cara.

El taxista hizo una maniobra, no arriesgada desde luego, para recogernos. Se lo agradecí. Nos caímos bien. Le pregunté por sus cosas y me explicó sus condiciones “laborales”.

Les imponen –él es un asalariado, me estoy refiriendo a los propietarios de los taxis, que pueden llegar a tener 15 o más, toda una flotilla- un mínimo diario de 150 euros. Deben cumplirlo. Si no lo hacen, más allá o más acá del contrato firmado, los echan a la calle. Y con cuatro duros mal contados. La contrarreforma laboral ha sido diseñada para tener esos efectos.

Si no alcanza esa cantidad porque no ha tenido viajeros suficientes, él mismo pone la diferencia de su bolsillo. No quieren correr riegos, ha podido comprobar lo que ha pasado con otros compañeros. El complemento lo puso hace pocos días, el martes pasado. Tras su larga jornada de trabajo, no alcanzó los 140. Él mismo puso los 10 restantes.

Trabaja 12 horas diarias, 12 horas al volante en una ciudad como Barcelona son causa de malestar, estrés, dolor de espalda, acidez y mil enfermedades profesionales más. Trabaja cinco días por semana. En total, 60 horas semanales. ¡Lo de las 40 horas es una conquista obrera liquidada hace décadas!

De lo que cada día consigue, el 35% es para él y el 65% para el propietario. Antes eran el 40% y el 60%. Son ajustes. Ha perdido 5 puntos, que representan más disminución de un 12%. ¡Nada menos! Lo tomas o lo dejas, y en la puerta hay mil esperando. El ejército laboral de reserva: ¿no habló de ello aquel economista y filósofo que admiraba a Espartado y a Kepler?

Mensualmente, por término medio, cobra unos 1.100 euros. Pongamos que se haya equivocado, que no es el caso seguramente, que haya calculado por lo bajo, y que sean 1.200 euros. La hora le sale a 4,54 euros. ¡A 4,5 euros! El día –no ha sido un único día- que puso los 10 euros tuvo que trabajar más de dos horas gratis para el empresario del taxi.

Dejémoslo aquí. No añadamos más drama al drama.

Este trabajador no español –aunque tanto daría en este caso-, ¿es realmente un ciudadano? ¿Goza en verdad de alguna libertad sindical? ¿Es libre en algún sentido no ridículo del término? ¿Puede hacer alguna huelga que se convoque? ¿Está en condiciones de ello? ¿Puede manifestarse? ¿Puede cuidar de sus hijos, de sus familiares? ¿Tiene tiempo para cultivarse, para leer, para estudiar? ¿Para descansar incluso? ¿Qué imágenes nos vienen a la memoria si pensamos en sus cinco días laborales, en sus 60 horas semanales, en sus horas retribuidas a 4,5 euros?

Y esto no está ocurriendo en algún país subdesarrollado, empobrecido, o que esté ubicado en la periferia-periferia del sistema, o en alguna ciudad de provincias dominada por señoritos desalmados o aristócratas codiciosos. No, nada de eso en principio. Sucede en la misma ciudad donde vive o pasa temporadas el señor Antoni Brufau, el presidente de Repsol, el mismo que cobra anualmente, cuanto menos esos fueron sus ingresos en 2011, unos 9 millones de euros. Setecientas veces más… aproximadamente eso sí.

¿Hay o no hay motivos para que esta ciudad clame estos días contra la injusticia como otros cientos de ciudades en el mundo? Sobran motivos. ¡Viva el 15M!

NOS TIRARON LEJÍA DESDE LOS BALCONES

NOS TIRARON LEJÍA DESDE LOS BALCONES

Motril Digital

Rafael Martínez (HOAC)

Ayer, 29-M, me tiraron lejía desde los balcones de una casa. A mí, y a unos cientos (¿miles?) de personas que nos manifestábamos en Motril. No sé si los que lo hicieron estaban enfadados por la huelga, seguían alguna consigna,  o simplemente  no les gustaba la pancarta que llevábamos y que decía “las personas, y no los beneficios”.  

Puede que para ellos sean más importantes los beneficios. O eso les han hecho creer los que cada año siguen teniéndolos, a pesar de la crisis, y aunque se quejen de que solo sean de un 15 % en vez de un 25 % (es un decir). O los que siguen recibiendo inyecciones de dinero por parte de los gobiernos, o los que están aprovechando el río revuelto para su propia ganancia.  

Porque ellos, los que siguen teniendo beneficios, son los que defienden  la reforma laboral, porque ven en ella una forma de seguir haciendo negocios, de seguir lucrándose a costa de los derechos sociales de los trabajadores y del desmantelamiento del estado de bienestar y de los servicios públicos ¿Qué importa eso, si para ellos lo más importante son los beneficios? ¿Qué importancia tiene que las personas se queden sin trabajo o las familias se vean en la calle, o la precariedad en los empleos, si ellos consiguen ganancias? 

Las necesidades de los pobres deben tener preferencia sobre los deseos de los ricos, los derechos de los trabajadores, sobre el incremento de los beneficios  Esto no es algo que se me haya ocurrido a mí de repente, es algo que decía Juan Pablo II. 

Por eso fui a la huelga, para decir que lo primero tienen que ser  las personas. Que esta situación es insostenible, pero que no la va a solucionar esta  reforma laboral que,  junto con la reforma financiera, solo pretende alargar un poco más la especulación y los negocios lucrativos para unos pocos, a costa de la precariedad y la explotación de muchos. Con la lejía que  nos tiraron ayer, gracias a Dios, sólo han conseguido estropearme unos pantalones, y muchas camisetas y cazadoras de otra gente que se manifestaba. Pero no pueden cambiar el hecho de que si nos alejamos de las ideologías para mirar la reforma laboral, sin pensar en partidos ni en izquierdas ni en derechas, es esencialmente mala y dañina para las personas. 

Así no hay futuro, ni lo habrá hasta que no se entienda la economía como la gestión basada en la búsqueda del bien común, y no de los beneficios. Hasta que no se ponga a la persona como lo primero en todas las relaciones sociales. Nos lo recuerda también Benedicto XVI en Cáritas in Veritate, 45: “Es la economía la que debe orientarse a las necesidades de las personas y de sus familias; es el ser humano el centro de la actividad económica y laboral. El respeto a la dignidad del trabajo, vinculado a la dignidad de la persona, es y debe ser el criterio central de una economía orientada por “una ética amiga de la persona 

Rafael Martínez Martínez. Militante de la HOAC.

IU felicita a todas las personas que han puesto su granito de arena en esta Jornada de Huelga General

Felicitación a la plantilla de limpieza y recogida de basura que ha secundado la huelga al cien por cien. Felicitación a la plantilla de Correos, que ha cerrado la oficina para demostrar que la reforma laboral es un ataque a sus derechos. Felicitación a los más de doscientos maestros y maestras, profesores y profesoras que han ejercitado el derecho de huelga en los centros del municipio. Felicitación a los trabajadores de las gasolineras, que han ido a la huelga secundando la convocatoria de los sindicatos. Felicitación a los empleados de la Construcción porque también ellos han parado el día de la Huelga General. Felicitación a los empleados de Aguas y Servicios así como a los de Endesa. Felicitación, en suma, a todos aquellos trabajadores y trabajadoras que han levantado su voz contra una reforma laboral agresiva que amenaza con echar atrás treinta años los derechos laborales.

Y felicitación, igualmente a todos aquellos autónomos y comerciantes que han cerrado sus puestos del mercado, sus bares, sus corridas de frutas y sus pequeños comercios porque saben que esta política de recortes y esta reforma laboral sólo traerá más despidos y más problemas para la economía de muchas familias, familias que dejarán de comprar en esos comercios porque apenas llegan a final de mes.

Felicitación a todos los trabajadores y trabajadoras que se han desplazado hasta Motril y hasta Granada para participar en las importantes manifestaciones que los sindicatos han convocado con un seguimiento espectacular de la ciudadanía.

Izquierda Unida, una vez más, ha estado con el pueblo defendiendo los derechos que tanto trabajo nos ha costado conseguir durante años y que están en peligro gracias a una política que lleva al desastre a la clase trabajadora, a los autónomos, a los pequeños empresarios y al país entero.

El 15M de Granada participará en la Huelga General con piquetes informativos y una manifestación sin banderas

El 15M de Granada participará en la Huelga General con piquetes informativos y una manifestación sin banderas

El movimiento 15M de Granada estará presente en la jornada de huelga general del próximo 29 de marzo a través de varias acciones organizadas para este día de lucha, que culminará con una manifestación ciudadana y diferenciada de la que han convocado los sindicatos. El objetivo es la derogación completa de la reforma laboral, "sin pactos ni negociaciones".

Manuel Chamorro, miembro de la Asamblea de Granada, ha justificado las movilizaciones previstas para el día 29 en la "vulneración de los derechos de los trabajadores" que supone la reforma del mercado de trabajo presentada por el gobierno y que ha asegurado "va de la mano de los recortes que está imponiendo el Partido Popular y que penalizan a los trabajadores y los que menos tienen, beneficiando a banqueros y grandes empresarios". No obstante, ha recordado que estos ya comenzaron con el anterior gobierno, momento en el que el 15M incluyó entre sus demandas urgentes la derogación de la reforma del gobierno socialista, entendida como el "primer paso hacia lo que ahora vivimos". Entre los elementos más negativos de la actual ha mencionado el abaratamiento del despido, la posibilidad de descuelgue de los convenios colectivos por parte de las empresas, la flexibilización del trámite de los ERE y las facilidades para la bajada de sueldo o el cambio de horario sin contar con los trabajadores.

Desde el movimiento se ha llamado a los ciudadanos a participar tanto en la la huelga como en las acciones previstas que se aprobaron en la última asamblea extraordinaria y en las que se trabaja desde hace varias semanas, destacando no sólo el hecho de no acudir al trabajo ese día, sino también de no comprar. "Pedir a la gente que se sume a una huelga de consumo supone una gran novedad que además servirá para no beneficiar a las empresas esquiroles que abran", ha indicado Chamorro.

La Asamblea de Granada ha dejado claro que la lucha no se frenará después del 29-M y ha pedido a los ciudadanos "que sigan movilizándose una vez acabada la huelga, sea cual sea el resultado". Así, ha lanzado un fuerte mensaje de continuidad opuesto a la estrategia de los sindicatos mayoritarios, "quienes nos llaman a salir a la calle hoy para sentarse a pactar con la patronal mañana". Chamorro ha destado que el 15M confía en "la autoorganización de los trabajadores" como "el mejor camino para resolver los problemas y salir del bache en el que nos encontramos". En este sentido, ha señalado que el Grupo de Autodefensa Laboral prepara una reunión intersectorial para el próximo mes, para lo que ya se han iniciado contactos con trabajadores de empresas con conflictos laborales.

Desde la Asamblea de Granada se ha considerado que la movilización ciudadana será clave en la jornada de huelga, en la que el 15M se propone llegar a toda la población: a trabajadores que pertenecen a partidos, sindicatos u otras organizaciones sociales, pero también a los los parados, precarios y el resto de ciudadanos "desencantados" con las formaciones sindicales y políticas o excluídos tradicionalmente de este día de lucha. Para ello, el movimiento ha convocado para el 29 de marzo una manifestación alternativa a las que han convocado por la mañana los sindicatos y que comenzará a las 18:00 horas en la Plaza del Carmen. Están inivitadas a participar todas las personas que lo deseen, incluyendo las que pertenecen a organizaciones sindicales y sociales, "dejando a un lado siglas, banderas y lemas propios", ha explicado Gabriel Bau, miembro de la Asamblea de Granada. La intención del 15M es que sea una movilización "unitaria", por lo que tampoco este movimiento lucirá nombre alguno en sus pancarta, en la que figuará el lema ’El pueblo unido contra la reforma laboral’.

Los piquetes informativos serán otro de los elementos que ponga en juego el 15M el próximo día 29. "Muchos trabajadores precarios nos han solicitado ayuda y han denunciado coacciones por parte de sus jefes", ha dicho Lucía, miembro del grupo de trabajo que se encarga de este apartado de la huelga. La Plaza del Carmen se ha establecido para que a las 23:00 horas del 28 de febrero sirva como punto de encuentro para participar en los piquetes de otras organizaciones, mientras que a las 24:00 horas se organizarán en el mismo lugar los piquetes autónomos del 15M. Este lugar se convertirá en un ’centro piquetero móvil’ que se desplazará por varios puntos de la ciudad. La emisora Radio Almaina retransmitirá todo lo que en este suceda y acompañará a los piquetes.

Entre las acciones de la jornada de huelga se llevarán a cabo cortes pacíficos de vías de circulación para contribuir al objetivo de "frenar el consumo, la producción y el transporte de mercancías", ha informado Carolina Centeno, miembro del grupo que los coordina. Ha insistido en que "no hay intención de causar problemas" y ha pedido disculpas por anticipado ante "los inconvenientes que puedan acarrear". Así, ha recordado que "hace unos días la fiesta de la primavera colapsó la circunvalación durante varias horas en ambos sentidos sin apenas rechazo social y con la colaboración expresa de la Policía". Frente a esto, ha solicitado comprensión a los ciudadanos porque "el día 29 no lo haremos por una fiesta, sino para luchar por nuestros derechos laborales y sociales". Además, ha considerado que servirá como una herramienta que exculpe de "responsabilidades individuales" a quién desee ejercitar su derecho a la huelga pero se lo impidan, facilitándole una excusa para no acudir a su puesto de trabajo. El 15M ha convocado a quién desee tomar parte en esta acción simbólica a las 7:00 horas del 29 de marzo en la Plaza del Carmen.